En Estados Unidos no podemos cultivar mucho café. Importamos unos US$8.500 millones al año.
Los aranceles anunciados ayer ascenderán a al menos US$1.250 millones. Eso es un aumento de impuestos del 15% en tu café de la mañana".
Ese mensaje, publicado el jueves por el jefe de políticas de la Cámara de Comercio de EE.UU., Neil Bradley, en la red social X, muestra el sentimiento de muchos en el sector privado de ese país ante los aranceles anunciados un día antes por el presidente Donald Trump para casi todos los países del mundo.
El arancel es una tasa que un país cobra por importar un producto de otro país. Por ejemplo, si una empresa estadounidense quiere importar madera por un valor de US$100 y el país de donde proviene tiene asignado por el gobierno de Washington un arancel del 10%, la empresa debe pagar US$10 en la aduana.
Por esta razón, muchos analistas han anticipado que la decisión de Trump de imponer aranceles al comercio exterior provocará un aumento en los precios de los productos importados, lo que obligará a los consumidores estadounidenses a pagar más. Esta situación, a su vez, podría desencadenar un proceso inflacionario.
Pero desde la Casa Blanca lo ven diferente.
Trump dice que los demás países deben pagar lo que denominó como "aranceles recíprocos" para equilibrar unas relaciones comerciales que considera injustas y señala que a lo sumo puede haber ligeras consecuencias negativas, con la contrapartida de que se generará más empleo en las industrias de su país.
¿Qué dice el gobierno de EE.UU.?
Trump ya había recurrido a los aranceles en su primer mandato (2017-2021) en su guerra comercial con China. Entonces, dijo frases como "miles de millones de dólares están entrando a las arcas de Estados Unidos debido a los aranceles que le estamos cobrando a China" y "nosotros no estamos pagando los aranceles; China está pagando los aranceles". No tardaron en contestarle muchos economistas, recordándole que los aranceles los pagarían las empresas estadounidenses que importan productos chinos.
También impuso aranceles a los productos provenientes de sus socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México y Canadá, aunque luego una parte importante fue eliminada tras firmar un nuevo acuerdo, conocido como T-MEC.
¿Qué piensa el sector empresarial de EE.UU.?
Por lógica, las empresas no quieren perder dinero. Si el exportador en el extranjero disminuye los precios a los que vende ya sea porque la moneda de su país se devalúa frente al dólar o porque absorbe el costo de los aranceles para que el producto llegue al mismo precio al importador en EE.UU.—, nada cambia.
Pero si eso no ocurre, las compañías estadounidenses tienen que tomar una decisión. "Lo que hemos escuchado de empresas de todos los tamaños, de todos los sectores, de todo el país, es que estos amplios aranceles suponen un aumento de impuestos que elevará los precios para los consumidores estadounidenses y perjudicará la economía", aseguró Neil Bradley, de la Cámara de Comercio de EE.UU. Lo mismo dicen los jefes de algunas de las principales compañías del país.
La directora ejecutiva de la cadena de tiendas de electrónica Best Buy, Corie Barry, advirtió sobre la subida de precios. "Prevemos que los proveedores de todo nuestro inventario transferirán algún nivel de costos arancelarios a los minoristas, lo que hace que los aumentos de precios para los consumidores estadounidenses sean muy probables", dijo Barry a inversores semanas atrás.
Una alternativa que tienen los importadores es buscar otros proveedores, comprar a un país con menos aranceles o cambiar a productos similares más baratos, para no tener que incrementar los precios al consumidor.
Pero eso no siempre es posible.
En el rubro automotriz, Volkswagen ya anunció que cobrará una "tasa de importación" en EE.UU. a partir de fines de abril, de acuerdo a medios estadounidenses.
Según una estimación del Peterson Institute for International Economics publicada en mayo de 2024, aranceles universales del 10% y del 60% para China le costarían unos US$1.700 al año al hogar promedio estadounidense.
FUENTE: eluniverso.com